El día de hoy festejamos el Día de la Visibilidad Lésbica en varios países, una celebración de las mujeres que aman mujeres y la primera letra del abecedario LGBT+ que a veces pasa desapercibida o es malinterpretada.
El papel de los medios en la visibilidad de la diversidad es extremadamente importante y muy frecuentemente hacen las cosas de una manera terrible. Hay innumerables ejemplos de películas/series con parejas lesbianas que terminan de forma trágica o infeliz por los prejuicios e imposiciones de la sociedad (y porque están escritas por hombres o personas heterosexuales).
Porque no todo son muertes, rupturas dolorosas y embarazos inesperados, queremos compartirles nuestro top 10 de parejas que obtuvieron su happy ending y vivieron felices para siempre (al menos en nuestros corazones).
Advertencia: spoilers ahead.
Imagine Me and You
Un clásico de la cinematografía lésbica, que cualquier lesbiana que se respeta ha visto y ama. Esta película nos hizo enamorarnos de Lena Headey mucho antes de que fuera Cersei Lannister y le regaló un final feliz a Piper Perabo después de la trágica Lost and Delirious. Además de que dejó frases icónicas para la comunidad como «You’re a wanker number nine» y le dio un nuevo significado a los lirios.
Glee
Durante años escribí sobre todo lo malo y lo peor de Glee, pero de lo poco que tenemos que agradecerle es el bonito final que le dieron a Brittany y Santana. Brittana surgió gracias a la insistencia de los fans y al apoyo de las actrices, hasta convertirse en una pareja que definió a una nueva generación de baby lesbians. Ellas y el recuerdo de nuestra amada Naya Rivera vivirán en nuestro corazón until infinity.
D.E.B.S
Una de mis películas lesbianas favoritas es quizá de las más absurdas que existen. La trama tiene cero sentido y se vuelve más y más ridícula conforme va avanzando, pero el amor de Amy y Lucy Diamond hace que todo valga la pena. Espías, robos, malos efectos especiales, números musicales, Holland Taylor y un final feliz, DEBS tiene todo lo que le pedimos a la vida.
Orphan Black
Canadá nos regaló quizá una de las mejores series de los últimos 10 años, la cual hizo que todo el mundo se enamorara de Tatiana Maslany y su increíble talento. Después de 5 temporadas de muchos enredos, disparos, experimentos, muertes, casi muertes y clones, Cosima y Delphine se quedan juntas, enamoradas y haciendo crazy science alrededor del mundo.
But I’m a Cheerleader
Antes de que Natasha Lyonne terminara en Litchfield y Clea DuVall fuera una gran directora, le dieron vida a Megan y Graham en But I’m a Cheerleader, otro clásico del cine gay. Esta película trata de manera muy absurda y divertida el delicado tema que son los campamentos de conversión, que increíblemente siguen siendo a thing en 2021. Después de sobrevivir al campamento liderado por los super heterosexuales Jane Lynch y RuPaul, Megan y Graham terminan escapando juntas y enamoradas el día de su graduación.
She-Ra and the Princesses of Power
En 2018 Netflix apostó por hacer una nueva interpretación de la historia de She-Ra, la princesa de Etheria y hermana del muy conocido He-Man. Debo admitir que al empezar a ver la serie tenía cero expectativas e incluso esperaba que me aburriera, pero realmente fue todo lo contrario. She-Ra es una mágica celebración al empoderamiento femenino, con personajes super relatable (a pesar de que son princesas con poderes) y una sorpresiva historia de amor que se va construyendo a lo largo de la serie. Confieso que he visto el final más de 3 veces y siempre termino llorando porque Adora y Catra salvan el mundo gracias a su inmenso amor (vuelve a llorar).
I Can’t Think Straight
Una de las joyitas ocultas de la filmografía gay es esta de Shamim Sarif (que también nos regaló The World Unseen) que cuenta la inesperada historia de amor entre Tala y Leyla. Con una trama parecida a Imagine Me and You en donde las mujeres se conocen y se enamoran poco antes de la boda de Tala, en esta película entran en juego dos factores muy importantes la religión y la cultura. Si no han tenido la oportunidad de verla, se las recomiendo ampliamente, se van a reír, llorar y terminar con el corazón lleno de amor.
The Fosters
Si hay una pareja a la que todas aspiramos ser es Lena y Stef Adams Foster. Claro, no son perfectas (bueno, Sherri Saum sí es) y tuvieron sus ups and downs a lo largo de la serie, pero al final recordaban que lo más importante era el amor que se tenían la una a la otra y a sus problemáticos hijos. Quizá la serie no terminó de la mejor manera, pero por lo menos ellas fueron felices y es lo único que nos importa.
Carol
Aunque salió apenas hace 6 años, esta película de Todd Haynes vive rent free en el corazón de todas las lesbianas y se ha convertido en nuestra película navideña favorita. Es cierto que el final queda muy abierto y no sabemos con claridad si Therese y Carol terminan juntas, pero esa última mirada nos hace pensar que vivieron felices para siempre en Waterloo.
Lost Girl
Otra serie que fue perdiendo el sentido conforme avanzaron las temporadas fue Lost Girl. Al final ya no sabíamos quién era bueno, quién era malo, por qué tenían que matar a Tamsin o por qué Eric Roberts había regresado a nuestras vidas para arruinarlo todo otra vez. A pesar de toda esta confusión, lo que nos dio vida hasta el final fue la relación y el amor de nuestra succubus favorita Bo y la hot doctor Lauren.
Mención honorífica: The L Word
Sabemos que The L Word no termina con un final especialmente feliz (aunque se sabe que todas las lesbianas celebramos la muerte de Jenny Schecter), pero no podemos dejar de reconocer todo el impacto que tuvo y sigue teniendo en nuestra comunidad. The L Word fue la primer serie enfocada 100% en mujeres lesbianas que hablaban, reían, amaban, respiraban… y gracias a la cual muchas mujeres (yo incluída) pudieron verse reflejadas en la pantalla y saber que el hecho de amar a alguien de tu mismo género no es ni un crimen ni algo que ocultar, sino algo que celebrar.
Afortunadamente en los últimos años la visibilidad y representación de la comunidad LGBT+ en los medios ha ido creciendo y normalizando, pero aún faltan muchas historias felices que contar. We’re here, we’re queer y queremos vernos en la pantalla!
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